sábado, 30 de abril de 2011

Las relaciones con la maestra

Para el niño la maestra es un ser especial, admirada por lo que sabe, respetada, pues puede ser tan severa o más que la madre, y se le hace más caso. Pues se dedica exclusivamente a ocuparse de los niños y a jugar con ellos. El niño que se adapte bien a la escuela hablará con sus padres de su maestra y le contará, a su vez, a la maestra acontecimientos de la vida familiar. No debe sorprender esta falta de discreción. Cuando menos separados estén la escuela y el hogar. Mejor irá todo, pues estos dos mundos diferentes, estos dos polos de la vida del niño. son complementarios y ninguno puede sustituir al otro.

Para los padres la maestra no debe ser una rival. Antes bien, deben alegrarse de que su hijo quiera a la maestra y deben mantener con ella lazos estrechos. Conviene hablar con ella quince días antes de la entrada y una vez al trimestre, para saber si el niño se adapta bien y conocer su opinión.

Si se producen problemas, la maestra sabrá indicar a los padres lo que haya observado. Estos deben tener siempre en cuenta su opinión, pues está preparada para conocer el carácter, los problemas o las dificultades de de los niños que tiene a su cargo, gracias a su trabajo, y puede que hasta por las confidencias que un niño puede atreverse a hacer en el colegio.

domingo, 24 de abril de 2011

LA VIDA EN LA ESCUELA.

Infantil_sur
Grupo de Trabajo e Investigación en Educación Infantil de Málaga
Cristóbal Gómez Mayorga, Javier Serrano Durán, Maribel Rubio Carmona y Soledad Aracama López
 La vida en la escuela:
Una concepción culturalista del aula
Hay que otorgarle una finalidad a la transcripción de los acontecimientos de la vida, una finalidad natural que no pueda ser otra que la difusión, la extensión del pensamiento más allá de los muros de la escuela. C. Freinet.

La sociedad ha cambiado de una forma vertiginosa en los últimos tiempos y ello exige una adaptación de nuestros Centros Educativos. Los niños y niñas ya no son como los de antes, ni sus familias esperan lo mismo de la educación. La sociedad actual requiere de ciudadanos capaces de adaptarse a un mundo complejo y cambiante, y ello implica transformaciones profundas en nuestras instituciones educativas.
Somos un grupo de maestros y maestras de Educación Infantil y primaria que llevamos años reflexionando sobre nuestra práctica diaria y planteando transformaciones metodológicas para intentar desarrollar las finalidades educativas que nos proponemos.
Durante estos años de análisis sobre nuestra práctica hemos llegado a dos conclusiones que creemos que hay que tener en cuenta a la hora de realizar cualquier planteamiento educativo:
1.- Los niños y niñas tienen diferentes niveles de maduración, diferentes estilos cognitivos, distintas relaciones afectivas y personalidades, vienen de diferentes contextos culturales, etc.; por tanto, no todos aprenden a la vez las mismas cosas. Es necesario respetar los ritmos y características personales de cada cual. El medio sociocultural es muy determinante. Si exigimos a todos un mismo nivel estamos marginando a los menos favorecidos.
2.- El conocimiento siempre va junto a lo afectivo, por lo que lo importante es crear un deseo por el mundo de la cultura. Este deseo no es provocado por los contenidos escolares sino que se produce detrás de ellos, en el significado que tienen para nuestras vidas. El deseo brota cuando lo que leemos, escribimos o estudiamos simboliza algo importante para nosotros. No se trata de motivar, sino de que el alumnado descubra que el conocimiento es una llave que abre muchos tesoros.
Intentamos ser consecuentes en nuestro planteamiento didáctico con estos dos principios, creando en el aula un ambiente de aprendizaje en donde la afectividad tenga cabida, dando un tiempo en el que las relaciones afectivas y sociales se desarrollen y trabajando sobre actividades abiertas en las que todos se encuentren con capacidad para participar en ellas.
Nos alegró enormemente leer a Bruner, que en su libro "La educación puerta de la cultura" presenta una concepción educativa que ya vislumbrábamos en nuestras reflexiones sobre la práctica: "la cultura da forma a la mente de los individuos y los significados de la mente tienen sus orígenes en la cultura en la que se ha creado". En consecuencia, es la cultura influyente de nuestra sociedad actual la que está "educando" a los niños y niñas. Si queremos influir en sus mentes debemos crear en el aula una cultura diferente donde los valores y conocimientos que deseemos desarrollar estén explícitos en las relaciones educativas que se establecen en el aula.
El funcionamiento del aula debe experimentar modificaciones profundas cambiando un aula estructurada por un aula en continua estructuración, un aula estable por un aula en movimiento, unos espacios estáticos por una zona de tránsitos, un lugar fijo por un espacio practicado. De ser el niño o la niña de la 3ª fila se ha pasado a ser María o Alberto con toda la complejidad de su identidad cambiante y su personalidad en continua elaboración. La escuela actual está evitando esta dificultad cuando se resiste a determinados cambios metodológicos que implican "movilidad" del alumnado. Pero a su vez está creando violencia al someter al alumnado a la disciplina organizativa del tiempo y el espacio.
Y es que en el aula pasan muchas cosas y a mucha velocidad. El vértigo que produce esta paradoja de intentar comprender una realidad compleja con instrumentos indefinidos nos crea cierta angustia. No obstante, no parece apropiado asumir la tranquilidad que supone la utilización de métodos más simples de conocimiento ya que no nos informan sobre la vida real. A veces, no sólo evitamos la complejidad de métodos para estudiar la realidad del aula, sino que intentamos simplificar el funcionamiento del mismo aula para que se acople a los análisis simplistas. Por el contrario, creemos que se debe crear una organización de la clase en la que de forma natural surja la complejidad de una organización social, y en la que se aprenda a vivir en un contexto cultural real. Dando lugar a aprendizajes de todo tipo: de toma de decisión, de autonomía, libertad, sentimientos, voluntades, valores, respeto, de luchas de poder, de jerarquías, liderazgo, de deseos, de organización, de enfrentamientos, de cariños, sueños, etc. No creemos que se puedan producir estos aprendizajes en situaciones simuladas de aulas empobrecidas con la simplificación y rigidez de sus elementos organizativos (sitios fijos, silencio, actividades ritualizadas, selección del alumnado, etc.)
Durante la Educación Infantil asistimos a la germinación de una identidad socializada. Los niños y niñas pasan de ser un vértice definido de la estructura familiar a ser alguien indefinido en un entramado de relaciones sociales y afectivas, en la cual es necesario construir una nueva identidad. En este proceso se requiere desarrollar la autonomía y la conciencia del propio yo, vivenciando negociaciones, frustraciones y descubrimiento de nuevas satisfacciones.
De forma simple podemos realizar una primera aproximación al fenómeno de la socialización como un conflicto entre el deseo y la ley, entre las satisfacciones de nuestras necesidades y el cumplimiento de unas normas necesarias para vivir en sociedad. Se nos dice que la convivencia en los centros es uno de los problemas más inquietantes de nuestros días y es que no hemos sabido realizar este proceso de socialización. Es verdad que muchas familias han hecho dejación de su responsabilidad en un primer momento, debido a los rápidos cambios de nuestra sociedad: compensación del sometimiento de otras épocas, cambios en la estructuración de la familia, etc. Pero la escuela no puede lamentarse y justificarse sino que debe de aportar nuevas soluciones. No nos sirven antiguas tácticas disciplinarias porque no funcionan. El deseo es como un muelle que si la ley aprieta demasiado acaba produciendo un empuje mayor contra ella.

Creemos que cuando la ley es mala se tiende al deseo. Solo cuando la ley se ha construido como lógica de convivencia se sacrifica parte de los deseos. Este es el camino que debemos recorrer en nuestros Centros Educativos. Pero, es necesario dejar un tiempo para la satisfacción del deseo y un tiempo en el que los conflictos de convivencia surjan y se construyan normas de convivencia de una forma lógica y natural.


La escuela se presenta como una institución intermedia entre la familia y la sociedad. Es una entidad con una potencialidad de estructuración social importante por sus características de grupo de iguales, de tamaño mediano, con múltiples posibilidades de relaciones afectivas. Este tipo de institución socializadora es necesaria en un mundo claramente desestructurado.
ENTENDEMOS QUE LA CULTURA DE NUESTRO AULA

GENERA ACTITUDES Y DESARROLLA CAPACIDADES
De ilusión, de curiosidad... ------------------------------- De interés, de observación,...
De extroversión, de socialización,... -------------------- De relación, de colaboración, de generosidad...
De espíritu crítico... -------------------------------------- De decisión, de elección...
De independencia, -------------------------------------- De ser autónomos, de tener iniciativa....
De valorar positivamente...------------------------------- De desarrollar una identidad propia, de aceptarse y
y aceptar a los demás, de aprender de los errores...
De comunicación... -------------------------------------- De escucha, de atención, de expresión...
- O BIEN
GENERA ACTITUDES Y DESARROLLA CAPACIDADES
De rechazo, de apatía,.... --------------------------------- De aguante, de conformismo...
Individualistas,... ----------------------------------------- De competición, de minusvaloración,...
De imposición,... ------------------------------------------ De adaptación, de acomodación...
De dependencia,... ---------------------------------------- De no desarrollo, de sometimiento...
De desvaloración,... --------------------------------------- De frustración,...

De una forma o de otra, les damos herramientas para vivir su vida dentro y fuera del aula, no sólo mañana, sino también hoy, ayer... y somos, responsables de ello.
Podemos distinguir en nuestras aulas, tres elementos metodológicos que propician en la práctica un aprendizaje desde concepciones culturalistas: un tiempo de actividades libres en el que se desarrolla la autonomía, la responsabilidad, la voluntad y el deseo; una organización del aula con espacios diferenciados, rincones, talleres, bibliotecas, etc.; y actividades globales vivenciales.
Un tiempo de actividades libres
Educamos para la comunidad si hacemos comunidad. Educamos para la democracia si vivimos la democracia en nuestras aulas. Educamos en los sentimientos si nos queremos, si establecemos lazos afectivos, si propiciamos, mediante metodologías abiertas, todo tipo de relaciones. Educamos para la libertad si dejamos a los niños y niñas libres para actuar a diario en nuestras aulas. Desarrollamos su voluntad si les dejamos elegir entre las múltiples actividades posibles que les ofrecemos. Estas son las ventajas que propicia una metodología con un tiempo de actividades libres, en la que el alumnado decide qué hacer, cuando hacerlo, con quien, para qué, etc. El establecimiento de contratos de trabajo, de responsabilidades semanales, de compromisos de trabajos de grupo, de toma de conciencia sobre sus tareas, y aprendizajes, etc. es un buen camino de maduración personal y de educación integral.
En un tiempo libre para la realización de actividades diversas es donde mejor se forja la socialización porque se evidencia de forma real el conflicto entre el deseo y la realidad, que viene a reducirse a la batalla entre nuestro deseo y todos los demás deseos (Rodríguez González, 1994).
La metodología por rincones libres de actividad implica la creación en el aula de unos espacios vivenciales en donde se produce una cultura que propicia el aprendizaje. En nuestras aulas hay espacios dedicados a actividades plásticas, bibliotecas, áreas de movimiento, espacios para juegos lógicos, etc. La tan cacareada disciplina surge de la propia convivencia en este espacio social. La lógica del funcionamiento de cada actividad va creando las normas de convivencia. La reflexión en grupo de los conflictos que van apareciendo nos ayudan a crear normas de convivencia, a la vez elaboramos en nuestro interior la necesidad de aceptar normas sociales.
Por otro lado, parece que no es la enseñanza sistemática individualizada la responsable de los éxitos y fracasos escolares, sino la pertenencia o no a medios culturales afines a la cultura escolar. Pérez Gómez (1998) argumenta que las desigualdades socioculturales de las familias es la principal causa de las diferencias de desarrollo y de aprendizaje del alumnado. Con metodologías individualistas estamos acentuando estas diferencias sociales, potenciando a los que ya están favorecidos culturalmente. Solo desde culturas de aula que acepten la diversidad, que ayuden a los más desfavorecidos y que eduquen en el respeto al otro, sea cual sea sus capacidades, podremos prosperar en el desarrollo integral de todo alumnado.
Dice Pérez Gómez (1998) que la educación es una importante encarnación de la forma de vida de la cultura, no simplemente una preparación para ella. Debemos de enseñar a conocer, vivir y disfrutar las acciones culturales de la vida llevándolas al aula y estructurando el espacio del aula de una forma acogedora, estética, afectiva y sugerente, construyendo espacios que respondan a las necesidades del alumnado (Heras Montoya, 1997). El aula se conceptualiza como una subcultura de aprendices mutuos y crea comunidad educativa e identidad como aula. Esta identidad es importante para la elaboración de su personalidad. Construir culturas escolares de ayuda mutua y educarse unos a los otros es la forma más completa de educación y solo se desarrolla si dejamos un tiempo y un espacio libre para que se produzca. Como dice Bruner (1997), la inteligencia refleja una microcultura de la praxis, y es esa cultura la que hay que recrear en el aula.
Las actividades globales vivenciales son la forma de conocimiento que mejor se adecuan a las características del alumnado de la primera infancia y a las finalidades educativas que perseguimos, ya que cada proyecto es un trozo de vida real que llevamos al aula y de la que aprendemos. El aula debe abrir la puerta a la vida: a las familias, al placer, al miedo, al sexo, al cuerpo, a las emociones, a los sentimientos. No debemos convertir los contenidos en objetos de conocimiento aislados de la vida, sino en parte integrante de nuestro ser. Estudiar el cuerpo debe significar ver las posibilidades de conocer, sentir y vivir cada trocito de él. Debemos hacer huellas con cada uno de los elementos de nuestro cuerpo mientras vivimos y compartimos las sensaciones que nos producen. Los cuentos, vivencias, salidas, proyectos, etc. son situaciones de aprendizajes propicias que enganchan con el universo infantil. Los cuentos y canciones funcionan como narraciones mitológicas en nuestra cultura de aula: explican nuestros sentimientos, nos dirigen el camino, nos ayudan en las reflexiones, nos crean esquemas lógicos y narrativos que nos ayudarán a comprender el mundo. El teatro que hacemos para las fiestas nos presta sus personajes para vivir sentimientos, o reflexionar sobre conflictos vitales.
Como ya sabemos, el conocimiento no se trasmite sino que se construye, y construyéndolo construimos la realidad. Por ello las actividades globales permiten respetar ritmos y estilos de aprendizajes, aceptan la diversidad y crean una identidad de clase al participar todos de unas narraciones, de unas formas de pensamientos, de una cultura de aula. La narración es una forma de pensamiento y un vehículo para la creación de significado y no sólo una actividad decorativa. Una salida, una canción, un cuento o un teatro crea, como diría Bruner un andamiaje construido socialmente por el que se mueve la inteligencia.

¿OTRA VEZ EL HORARIO?
De 9 h. A 10 h. --------- Comunicación y Representación O Matemáticas
De 10 h. A 11 h. ------ Desarrollo de la Identidad y Autonomía O Educación física
De 11 h. A 12 h. -------- Conocimiento del medio Físico y Social O Conocimiento del Medio
Todo ello entendido como lo que toca ahora..., como lo que toca hoy..., como lo que tenemos que...,
o lo que no has...
O BIEN:
* Reencontrarnos, cada mañana, saludarnos, hablar, celebrar un cumpleaños...
* Planificar, proponer, salir al campo, a la calle...
* Jugar juntos o bailar o leer, o escuchar música, o hablar del tiempo , del tráfico, del gato, de la Alcazaba...
* Decidir qué quiero hacer y con quién, y contarlo luego, cuidar del terrario...
* Escuchar un cuento, aprender una canción, jugar a las adivinanzas, pintar la primavera
* Dibujar un duende, escribir una poesía, leer una historia, vender y comprar en la tienda...
* Construir relojes, o árboles, sembrar, jugar a la pelota...
¿A QUÉ HORA?
Creemos que debemos de sustituir nuestras programaciones por actividades globales. En las programaciones tradicionales todo está predeterminado: las actividades, los objetivos, la evaluación, el tiempo, etc. Los proyectos de trabajos y actividades globales enmarcan la actividad educativa sin encorsetarla, están abiertos a la experimentación y a la creación. Un proyecto es dotar de una actitud educadora a una actividad cotidiana. Es pasar la realidad por un esquema educativo; una hipótesis de trabajo, un "se hace camino al andar"; una idea abierta que la realidad limita; es un problema con múltiples soluciones; es una pregunta abierta a múltiples respuestas. Los proyectos de trabajo van tomando cuerpo a medida que se desarrollan, y en esta construcción participan los familiares, el alumnado, los compañeros y la comunidad. Frente a las programaciones tradicionales que nos aseguran el itinerario de todo el curso, en las que todo está atado y bien atado, los proyectos crean cierta incertidumbre a la que, a veces, no estamos dispuesto a exponernos. El proyecto apunta un camino, el ir recorriéndolo nos ayuda a definirlo. La concepción de cultura escolar implica incertidumbre, complejidad, imprevisibilidad, duda, algo que sólo profesionales autónomos están dispuestos a asumir. Autónomos no implica infalibles, sino capaces de asumir los desaciertos, de encajar los conflictos, de perdonarse los errores.

jueves, 21 de abril de 2011

ESTA ENTRADA ES PARA QUE VOSOTROS OPINEIS :

¿Qué pensáis de la familia y de la escuela en la actualidad ?

¿ Creéis que todo es bueno o positivo ?

Os animo a que con vuestros comentarios lleguemos todos juntos a una conclusión

lunes, 18 de abril de 2011

JUEGOS EN FAMILIA:)

Planificar un tiempo especial cuando estén
todos los integrantes de la familia juntos. Jueguen a las rondas
favoritas de los niños y bailen juntos. Luego improvisen una banda
y canten canciones. Los instrumentos pueden fabricarlos con
cucharas y tapas de ollas. Los niños sentirán que ocupan un lugar
importante en ese grupo familiar. ¿Para qué este juego? Para que
se diviertan y se sientan contenidos por su familia
 


 Disfrazarse:
Dejarlo a él solo que decida que quiere ponerse. Mientras se
disfraza, decirle continuamente que nos gusta la ropa que elijen.
Diviértase y ríase con el niño. ¿Para qué este juego? Para darle al
niño la oportunidad de que decida cosas por sí mismo y para
representar situaciones de la vida cotidiana.
¿Cuántas cosas pueden los niños ver con una lupa? De al niño una lupa y muéstrele que es lo que puede
hacer. Permítale buscar cosas para ver. Muéstrele las cosas
familiares que va encontrando en casa. Pregúntele que es lo que está viendo, y como
lo ve. ¿Para qué este juego? Para mostrarle al niño un camino de ver las cosas
distintas a lo que encuentra todos los días.
El juego de las sensaciones
gente donde manifieste sus sentimientos. Dígale mientras las
observan la palabra de esos sentimientos: feliz, enojado, triste,
etcétera. Recorte de revistas estas imágenes y entable un diálogo
con el niño para que pueda expresar por qué cree que las
personas de esas imágenes muestran esos sentimientos. ¿Para
qué este juego? Para que note y comprenda los distintos
sentimientos y para que enriquezca su vocabulario expresándolos


Contándole historias familiares
a personas haciendo algo. Recórtelas, pégueles una varilla, y de
esa forma creó un títere de varilla. Narre una historia sobre la
familia y deje que los niños manejen también esos títeres.
Invítelo al niño a contar parte de la historia. Cuénteles que es lo
que ellos hacían cuando eran pequeños. ¿Para qué este juego?
Para ayudar a los niños a establecer relaciones con los otros,
para enriquecer su vocabulario y su capacidad expresiva

martes, 12 de abril de 2011

Cooperación entre familia y escuela, fundamental para el éxito académico

Establecer un vínculo constante y construir unas buenas relaciones influye de forma positiva en los resultados de los estudiantes
Padres y docentes comparten el mismo objetivo: educar a los alumnos. Pero a veces el camino que toman unos y otros para conseguirlo difiere de forma sustancial y es contradictorio. Para alcanzar la misma meta, el centro debe favorecer la participación de los progenitores y proporcionarles los medios necesarios para estrechar los vínculos con los miembros de la comunidad educativa. La cooperación es fundamental para que el desarrollo académico del estudiante sea coherente. Los padres han de implicarse en el funcionamiento de la escuela y participar en las actividades comunes que se propongan.

Padres y docentes comparten la responsabilidad de la educación de hijos y alumnos. Las dos partes deben cooperar y relacionarse para que la trayectoria académica del niño se desarrolle de forma coherente y en una misma dirección.

Todas las investigaciones y estudios realizados en torno a las relaciones entre familia y escuela ponen de manifiesto que mantener un vínculo estrecho y de participación tiene un importante impacto en los resultados educativos del estudiante. Se debe considerar entonces la cooperación entre padres, docentes y centro escolar como una herramienta efectiva para frenar el fracaso educativo y alcanzar el éxito académico.

Los estudiantes mejoran sus calificaciones, tienen una actitud más favorable hacia las tareas escolares y una mayor autoestima

Francisco Juan García-Bacete, del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad Jaume I, recoge en su obra 'Comunicación cooperativa entre familia y escuela' una relación de los efectos positivos de una mayor participación de los padres en la educación. Por una parte, los estudiantes mejoran sus calificaciones, tienen una actitud más favorable hacia las tareas escolares, mayor autoestima y una conducta y actitud positiva. En el caso de los docentes, se incrementa su satisfacción con la profesión, adquieren mayor compromiso y preparan mejor sus clases. Los padres comprenden en mayor medida los programas escolares, valoran más su papel en la educación de los hijos y mejoran su comunicación con ellos.
 
Papel del centro

En ocasiones, los docentes se quejan de que las familias no muestran interés suficiente por la educación de sus hijos o no colaboran tanto como se espera de ellos. ¿Pero pone el centro los medios necesarios para esta cooperación? La escuela tiene un papel primordial para lograr que el vínculo entro los miembros de la comunidad educativa sea más estrecho.

El objetivo principal debe ser hacer sentir a los padres que son parte integrante del centro

El objetivo principal debe ser hacer sentir a los padres que son parte integrante del centro. Para conseguirlo, hay que explicarles desde el primer momento el lugar destacado que ocupan en el proceso educativo de sus hijos y la continuidad que deben dar en sus casas al trabajo que se desarrolla en la escuela. Es esencial mantener a las familias informadas sobre el proyecto académico del centro, los cambios que en él se aprueben y las actividades que se organizan durante el curso.
La escuela es responsable del desarrollo e implantación de canales de participación familiar que faciliten el contacto entre padres, docentes y dirección, más allá de las tutorías u otros encuentros formales habituales: talleres, escuela de padres, fiestas escolares o charlas de profesionales, entre otros. Es importante que estas actividades se planifiquen en horarios y fechas en los que puedan participar un mayor número de progenitores, sin que tengan que desatender sus obligaciones laborales.

Implicación de los padres y docentes

Los padres y profesores son los principales actores en el proceso de cooperación entre familia y escuela. Ambos deben mantener una actitud abierta y de participación para lograr que la comunicación sea fluida y eficaz.

Pautas para padres

Atender la demanda de tutorías o sesiones individuales de los docentes. Preparar con antelación las entrevistas para que sean lo más fructíferas posibles.
Respetar la figura del docente y valorar sus opiniones y recomendaciones respecto al desarrollo académico o social del estudiante.
Implicarse en las tareas escolares del alumno en casa e informar a los tutores si surgen problemas importantes en su realización.
Informar a los docentes o al centro de cualquier alteración familiar o del hogar que pueda influir en el desarrollo académico del estudiante.
No banalizar delante de los hijos las actividades escolares o emitir críticas negativas sobre los docentes en su presencia.
Participar en la medida de sus posibilidades en las actividades extraescolares que proponga el centro.

Pautas para profesores

Interesarse por la situación familiar del alumno para obtener la información necesaria que le ayude a atender sus necesidades individuales.
Escuchar las inquietudes de los padres y proponerles soluciones e ideas educativas para implementar en casa con sus hijos.
Utilizar con ellos un lenguaje adecuado y comprensible que les permita entender los conceptos que se tratan.
Hacer uso de la información e ideas que les trasmiten los padres.
No llamar siempre a las familias para formular quejas, sino también para mostrar su satisfacción por el buen comportamiento o los resultados positivos del alumno.
Adoptar acuerdos conjuntos sobre las estrategias académicas más adecuadas para mejorar o mantener el rendimiento académico del estudiante


sábado, 9 de abril de 2011

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA ESCUELA

Si nos detenemos en el tipo de educación implantada hace unos años, podremos observar cómo los profesores preferían a los niños conformistas, que conseguían buenas notas y exigían poco ( de esta forma se estaba valorando más a los aprendices receptivos y los discípulos más que a los aprendices activos).
De este modo, no era raro encontrarse con la profecía autocumplida en casos en los que el profesor espera que el alumno saque buenas notas y éste las consigue, quizá no tanto por el mérito del alumno en sí sino como por el trato que el profesor le da.
 También se encontraban casos de desesperanza aprendida, producida por el modo en que los profesores respondían a los fracasos de sus alumnos.
 Pero hemos evolucionado, y para seguir haciéndolo tendremos que asumir que la escuela es uno de los medios más importantes a través del cual el niño “aprenderá” y se verá influenciado (influenciando en todos los factores que conforman su personalidad).
 Por tanto, en la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotándoles de estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que palien sus efectos negativos.
 Goleman, 1995, ha llamado a esta educación de las emociones alfabetización emocional (también, escolarización emocional), y según él, lo que se pretende con ésta es enseñar a los alumnos a modular su emocionalidad desarrollando su Inteligencia Emocional.
Los objetivos que se persiguen con la implantación de la Inteligencia Emocional en la escuela, serían los siguientes:
  1. Detectar casos de pobre desempeño en el área emocional.
  2. Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás
  3. Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo...
  4. Modular y gestionar la emocionalidad.
  5. Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.
  6. prevenir el consumo de drogas y otras conductas de riesgo.
  7. Desarrollar la resiliencia
  8. Adoptar una actitud positiva ante la vida.
  9. Prevenir conflictos interpersonales
  10. Mejorar la calidad de vida escolar.
 Para conseguir esto se hace necesaria la figura de un nuevo tutor (con un perfil distinto al que estamos acostumbrados a ver normalmente) que aborde el proceso de manera eficaz para sí y para sus alumnos. Para ello es necesario que él mismo se convierta en modelo de equilibrio de afrontamiento emocional, de habilidades empáticas y de resolución serena, reflexiva y justa de los conflictos interpersonales, como fuente de aprendizaje vicario para sus alumnos.
Este nuevo tutor debe saber transmitir modelos de afrontamiento emocional adecuados a las diferentes interacciones que los alumnos tienen entre sí (siendo fruto de modelos de imitación, por aprendizaje vicario, para los niños). Por tanto, no buscamos sólo a un profesor que tenga unos conocimientos óptimos de la materia a impartir, sino que además sea capaz de transmitir una serie de valores a sus alumnos, desarrollando una nueva competencia profesional. Estas son algunas de las funciones que tendrá que desarrollar el nuevo tutor:
  • Percepción de necesidades, motivaciones, intereses y objetivos de los alumnos.
  • La ayuda a los alumnos a establecerse objetivos personales.
  • La facilitación de los procesos de toma de decisiones y responsabilidad personal.
  • La orientación personal al alumno.
  • El establecimiento de un clima emocional positivo, ofreciendo apoyo personal y social para aumentar la autoconfianza de los alumnos.
La escolarización de las emociones se llevara a cabo analizando las situaciones conflictivas y problemas cotidianos que acontecen en el contexto escolar que generan tensión (como marco de referencia para el profesor, y en base a las cuales poder trabajar las distintas competencias de la inteligencia emocional.
Por último, vamos a puntualizar que para que se produzca un elevado rendimiento escolar, el niño debe contar con 7 factores importantes:
  • Confianza en sí mismo y en sus capacidades
  • Curiosidad por descubrir
  • Intencionalidad, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
  • Autocontrol
  • Relación con el grupo de iguales
  • Capacidad de comunicar
  • Cooperar con los demás
Y para que el niño se valga de estas capacidades una vez se escolarice, no hay que poner en duda que dependerá mucho del cuidado que haya recibido por sus padres.
De este modo, debemos resaltar que para una educación emocionalmente inteligente, lo primero será que los padres de los futuros alumnos proporcionen ese ejemplo de Inteligencia Emocional a sus niños, para que una vez que éstos comiencen su educación reglada, ya estén provistos de un amplio repertorio de esas capacidades emocionalmente inteligentes.

lunes, 4 de abril de 2011

Padres y Maestros. Una relación de confianza.

En el presente artículo queremos hacer una reflexión sobre aquellos aspectos que marcan la relación entre padres y maestros - familia y escuela - en la difícil tarea que a ambos les concierne: la educación de los hijos.
Un rápido análisis nos permite afirmar que, hace unos pocos años, las familias contaban con elementos de solidez propios muy superiores a los actuales: tenían unas con, Ficciones más profundas, mayor estabilidad, menor estrés, más miembros y mayores oportunidades de interacción entre ellos, etc. En la actualidad, las familias, a pesar de sus mejores niveles de formación y educación, están más afectadas por influencias sociales negativas propias de la sociedad occidental y son más débiles en su estructura, encontrándose inmersas, en muchos casos, en problemas reales que afectan a su estabilidad. Carencia de ideales claros de vida, dificultades de convivencia o ruptura del matrimonio, etc. Esas familias necesitan más que nunca ayuda en su acción educativa profunda, y deben encontrar colaboración en el ámbito escolar, dentro de un marco de confianza.
La peculiar relación existente entre escuela y familia, exige de ellas una exquisita coordinación. Del mismo modo, la necesidad de personalización para una verdadera formación, y la reciprocidad de la relación establecida, solicitan crecientes grados de participación y comunicación entre ambas instituciones.

Una relación de confianza
Padres y Maestros

Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores.

Características de la
relación Familia-Escuela

El principio de subsidiariedad es el que marca esta relación. Es la familia quien tiene el derecho-deber de la educación.
bulletSon los padres quienes tienen la posibilidad de decidir acerca de las cuestiones esenciales: más, a medida que los hijos son menores.
 
bulletSon los padres quienes eligen el centro educativo, sobre todo en las etapas de Educación Primaria y Secundaria. Ayudan a los hijos también a elegir los amigos al situarles en determinados contextos sociales, don, de se entablan las relaciones de amistad.
 
bulletSon los padres quienes, como consecuencia de su estilo de vida, relaciones, conversaciones, juicios, etc., van creando una cultura familiar que es clave en todo el proceso de maduración de la persona, de tal manera que muchos de los referentes en la toma de decisiones de las personas adultas se basan en actitudes y valores adquiridos en los primeros años de vida.
 
bulletSon los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
 
bulletSon, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores
Y es al elegir la escuela cuando la hacen partícipe de sus deseos, ideales, valores y objetivos educativos, aunque con frecuencia no los tengan ellos mismos suficientemente definidos o explicitados.
Establecen los padres con la escuela una particular relación de confianza, mediante la cual delegan autoridad, funciones, objetivos familiares, etc., en la institución a la que confían sus hijos.
La relación que se entabla entre familia y escuela es tan peculiar que sólo cabe situarla en el marco de la confianza- es la escuela, corno parte de la familia, una prolongación suya, adquiriendo así su pleno sentido.
Esa relación de confianza es la que determina, matiza y da forma al binomio familia - escuela, que debe estar marcado por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos. Ello implica una verdadera relación de comunicación donde padres y maestros establezcan una vía abierta de información, de orientación, sobre la educación de los hijos, constructiva y exenta de tensiones por el papel que cada uno de ellos desempeña.
En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa, más allá de las aportaciones puntuales de información sobre los hijos, en la medida que lo requieran los maestros: esto es, trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en orden a un proyecto común de educación.
Si no se produce ese acuerdo previo sobre cómo y para qué queremos educar a nuestros hijos, la disfuncionalidad en la relación padres-maestros y en el mismo proceso educativo, estará asegurada. Una escuela no puede limitar su actividad a los campos que sean de su exclusivo interés, sin atender a las necesidades de la familia. Esa peculiar relación de confianza-servicio es característica de la escuela, particularmente en los niveles de Primaria y Secundaria.
Mariano del Castillo
Carmen Magaña
Instituto de Técnicas Educativos Actualidad Docente

domingo, 3 de abril de 2011

preguntas respondidas por María Claudia Abello

María Claudia Abello es psicologa educativa.

1.¿Por qué es importante que las instituciones educativas y las familias trabajen juntas?"Que la institución trabaje de la mano con las familias es altamente significativo, ya que se unifican criterios en la formación y educación de los niños, se ejecutan acciones comunes en pro de la formación y se generan acuerdos en muchos de los aspectos que co-ayudan al joven o niño a crecer y ser una persona sana que convive con los demás".

2. ¿Cuáles son las consecuencias de no crear esos vínculos?
"No crearlos implicaría la no participación activa y dinámica de los padres en la formación de sus hijos. De esta manera no tendría autoridad para reclamar por la calidad y el contenido que sus hijos reciben a nivel educativo si no están enterados de lo que pasa en el colegio con ellos".

3. ¿Hasta qué punto debe actuar la institución educativa y hasta qué punto la familia?
"Hay un límite para todo, incluyendo la institución y la familia. La institución es independiente en quienes contrata, en ejecutar su manual de convivencia y en tener parámetros educativos, formativos y disciplinarios. Las familias, por su parte, tienen el derecho a la privacidad y a la integridad de sus miembros".